jueves, 22 de septiembre de 2016

Crítica: Don't Breathe (2016)


Película dirigida por Fede Álvarez (Evil Dead), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Rodo Sayagues. Tuvo su estreno en cines a finales de agosto dentro de los Estados Unidos, mientras que a México llego el pasado 16 de septiembre. Recaudando hasta le fecha $108.2 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Con la esperanza de salir con una gran suma de dinero, un trío de ladrones irrumpe por la noche en la casa de un ciego. Todo indica que será el robo más fácil de sus vidas, sin embargo, la persona que eligieron no es tan indefensa como parece.



Comentarios generales:

Curiosamente hace un par de días escribí sobre el auge del subgénero de invasión de casas y no paso mucho tiempo para que pudiera ver otra película de este tipo, lo cual básicamente terminó por confirmar mi punto anterior. Aunque en esta ocasión el trabajo en cuestión era uno que si tenía considerado como un “must see” gracias a que la dupla que nos regaló uno de los mejores remakes de los últimos años se volvía a reunir y la verdad es que con Don't Breathe no desilusionan en lo absoluto.

Aunque en esta ocasión lo hacen dejando de lado las cantidades insanas de sangre para centrarse de manera mucho más concreta en el suspenso dentro de un espacio reducido que, más allá de ser una trampa mortal, también servirá como un lugar para realizar ciertos cuestionamientos sobre lo que es correcto, las malas decisiones que uno toma en la vida y cómo no todo es lo que parece. Esto basándose en una premisa realmente simple que no utiliza aspectos sobrenaturales y que no necesita demasiada explicación durante un primer acto que en cuestión de minutos coloca a estos ladrones en situaciones apremiantes sin siquiera haber comenzado su verdadera pesadilla, las cuales sirven para establecer de manera contundente el tono de lo que está por venir.

Y es que una vez que se da el conflicto directo entre todos los involucrados lo que nos encontramos es un espectáculo con unos niveles de tensión apabullantes y un ritmo caótico que simplemente no le dan un solo respiro al espectador. El cual se ve inmerso en una atmósfera donde la sensación de peligro es constante y que el director aprovecha para experimentar con unas escenas en total oscuridad que tienen muchísimo sentido dentro de esta dinámica y que ayudan a explicar de mejor manera como es que una persona ciega, la cual en el papel tiene todas las de perder, puede llegar a ser tan peligrosa.

Un aspecto que resulta muy importante debido a que la manera en la que este utiliza sus demás sentidos y aplica su conocimiento por nota del lugar es clave para que todo fluya a la perfección. Ya que uno de los puntos más fuertes del filme es cómo se utiliza cada rincón de esta casa para realizar diversas secuencias y, al proporcionarle estas ventajas/desventajas, cada una de ellas resulta efectiva gracias a que nunca se tiene la certeza sobre cómo se resolverán.

La parte final mantiene la intensidad a tope y cuando piensas que ya todo fue contado te sacan un perturbador secreto que le añade muchísima más complejidad al cuestionamiento sobre quién es el verdadero villano en esta situación plagada de decisiones erróneas. Además, ayuda a darle cierta pausa para no dejar huecos en la trama y poder generar intercambios de dominio en las acciones que, ya en el desenlace, te harán pensar sobre quien fue verdaderamente el que logró su objetivo.

Las actuaciones son buenas, con una Jane Levy nuevamente brillante en su rol de victima/final girl; aunque quien se lleva las palmas es Stephen Lang gracias a su actuación casi sin diálogos, la cual logra sacar adelante con básicamente pura presencia física dominante. La producción es impecable: el trabajo de fotografía es espectacular, la dirección de arte está muy bien cuidada, el score cumple, el trabajo de sonido es otro de los puntos fuertes, el maquillaje añade aspectos visuales necesarios y los efectos son discretos, pero bien hechos.

Opinión final: Don't Breathe es una película bastante buena y la confirmación de Álvarez como uno de los directores a seguir en los próximos años. Muy recomendable.  

Ojometro:
*****