miércoles, 7 de septiembre de 2016

Crítica: The Neon Demon (2016)


Película dirigida por el danés Nicolas Winding Refn, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Mary Laws y Polly Stenham. Se estrenó en cines dentro de varias partes de Europa y los Estados Unidos durante el mes de junio, mientras que en México hizo lo propio este pasado 2 de septiembre; recaudando hasta la fecha unos discretos $3.3 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Cuando una aspirante a modelo de nombre Jesse (Elle Fanning) se muda a Los Ángeles, su juventud y vitalidad se ven devoradas por un grupo de mujeres obsesionadas con la belleza que harán todo lo que sea necesario para obtener lo que ella tiene.



Comentarios generales:

Cuando una película hace ruido dentro del Festival de Cannes casi siempre va a llamar la atención, aunque en el caso de The Neon Demon lo hizo porque se llevó una tremenda ola de abucheos e insultos después de su exhibición. Algo que terminó captando mi interés debido a que por lo general no suelo coincidir con las reacciones o ganadores de dicho festival y, por ende, esperaba algo interesante en lo que significa el primer experimento dentro del género de terror por parte de alguien cuyo estilo no me desagrada; sin embargo, lo que me encontré fue un espectáculo visual apabullante sin pies ni cabeza que apenas cumple los requisitos mínimos como para que escriba de ella en el blog.

Y es que Refn nos presenta una historia que inicia ciertamente de manera convencional con una joven buscando el sueño de ser modelo, pero sin ese aire hollywoodesco lleno de glamour e inocencia, sino más bien bajo un aire de soledad, celos y aparente peligro. Estableciendo así de manera concreta lo más elemental antes de pasar a una serie de impactantes imágenes llenas de luces y colores que hacen recordar en cierta forma a Argento, las cuales sumergen al espectador a un espectáculo hipnótico, bello por grandes lapsos, pero que en el fondo no tienen mucho sentido y solo sirven para maquillar grandes huecos a la hora de explicar determinados sucesos que simplemente se dan porque sí.

Todo esto bajo un ritmo pesado que se vuelve el principal enemigo de estas imágenes hipnóticas de color neón, ya que entrando al segundo acto uno espera un poco más de sustancia que desenmascare ese lado tóxico de Hollywood y en lugar de eso lo que nos brinda Refn son secuencias visualmente llamativas que en cierto punto caen en lo repetitivo. Situación que termina dañando el desarrollo del personaje principal, uno que pasa de ser una blanca paloma a una persona ya consumida/contagiada por el entorno de manera muy forzada en cuestión de minutos; generando así que lo que lo ocurre a partir aquí sea aburrido y con nulo aporte a una ya de por sí muy endeble trama.

Los últimos 20 minutos son lo más cercano al terror convencional que nos puede ofrecer el director, ya que es aquí donde salen a relucir las perversiones más profundas de determinados personajes. Algo que le brinda muchísima fuerza e impacto sin recurrir precisamente a la violencia explícita; de hecho, todo lo deja a la imaginación por medio de ciertos simbolismos para que el espectador pueda digerir la crueldad de este mundo lleno de rivalidad insana.

Las actuaciones no están mal, realmente Elle Fanning cumple con su rol de manera adecuada y el resto del elenco resulta un buen complemento incluso ante la falta constante de diálogos extensos. La producción si es de alto nivel: el trabajo de fotografía es el alma de la película con todo ese uso de luces neón que te hipnotizan, la dirección de arte es sobresaliente, el score es potente, el trabajo de sonido impecable, los efectos realmente son mínimos y la cuestión del maquillaje está bien cuidada para la manera en la que se utiliza.

Opinión final: The Neon Demon es un regalo con bonita envoltura, pero cuyo contenido es un simple ladrillo. Sin duda se trata de una de las películas más polémicas de 2016.

Ojometro:
***