lunes, 28 de noviembre de 2016

Crítica: The Remains (2016)


Primer largometraje para el director Thomas Della Bella, quien además es el escritor del guión. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD el pasado mes de agosto dentro de los Estados Unidos, mientras que su salida en DVD está programada para el próximo 6 de diciembre.

Sinopsis:

Cuando una familia se muda a una antigua casa victoriana, estos encuentran en el ático un baúl que contiene antigüedades corrompidas por un malvado espíritu que poco a poco irán tomando posesión de cada uno de los miembros con un solo objetivo: secuestrar a los niños.



Comentarios generales:

Muchas personas no se imaginan la cantidad de clones de The Amityville Horror que salen cada año y cuantas se tienen que dejar pasar porque básicamente son las mismas películas, solo que con diferentes actores. Es por ello The Remains era un trabajo del cual inicialmente no tenía pensado escribir, pero ante la natural carencia de títulos que se produce a finales de año se dieron las circunstancias para hacerlo y debo de decir que es exactamente lo que pensaba: otro horrible clon.

Esto porque Della Bella nos regala una historia que está atascada de todos los clichés que se les pueden venir a la mente, los cuales tienen como origen un acontecimiento macabro que involucra a una espiritista y que, por cómo se dan las cosas, resulta lo más disfrutable de la película. Algo que podría parecer una exageración de mi parte, pero lo cierto es que después de la introducción lo único que vemos es una aburridísima sucesión de eventos que se sustentan principalmente en ruidos raros y figuras borrosas a la distancia mientras esta familia con total falta de química en pantalla pretende vender la idea de que su duelo es demasiado profundo como para poder encaminar sus vidas a cómo eran antes.

Realmente no ocurre demasiado y eso se acentúa mucho más gracias a la nula interacción que existe por parte de esta familia con el mundo exterior; uno que se limita a un puñado de personajes secundarios completamente irrelevantes que no aportan nada a la historia, a pesar de que al menos un par de ellos tendrían que influir un poco más debido sus acciones o conocimientos. Igualmente, el ritmo es lento y eso no ayuda en lo absoluto a una serie de sustos fáciles que dominan todo el segundo acto, así como a una serie de situaciones que involucran al padre pensadas para añadir impacto. Simplemente el hecho de que todo se desarrolle con una calma desesperante provoca que nada surta efecto y con ello se termine la posible generación mínima de suspenso que esta clase de películas necesitan.

La parte final es acelerada. Lo que no se explicó por un lapso de ochenta minutos pretenden redondearlo en solo diez, logrando algunos niveles de tensión aceptables que lamentablemente no funcionan gracias a que no te podría importar menos lo que le pudiera ocurrir a esta familia y porque las reacciones del personaje de Izzy lucen demasiado falsas; además de que la presencia maligna es intrascendente.

En cuanto a las actuaciones no hay mucho que decir, todas son bastante malas. La producción tampoco tiene muchas cosas que rescatar: el trabajo de fotografía es aceptable, la dirección de arte no aporta nada, el score pasa desapercibido, el trabajo de sonido cumple, los efectos son muy pobres (¿CGI para que generar fuego en una caja? ¿En serio?) y el trabajo de maquillaje es muy limitado.

Opinión final: The Remains es aburridísima. Otra más del montón de interminables películas sobre casas poseídas.

Ojometro:
**